
| Pág nº 01 | TIERRA DE NADIE
Por Miguel Ángel Martín
Nos despedimos. Nos vamos igual que este verano extraño, raro, impreciso e indeciso. Con una trágica sonrisa. Esperamos que podamos volver a encontrarnos muy pronto; que estemos todos; que no faltemos ninguno.
Aunque nuestro objetivo ha sido divertir, e intentar que el lector consiguiera abstraerse de la realidad que le rodea, ésta es tan dura, que ni tan siquiera nosotros mismos lo hemos conseguido.
En el anterior número ya anunciábamos que estábamos debajo de la segunda ola del Covid 19 y nos preguntábamos si “¿Podemos esperar de quienes tienen la obligación de gestionar, contratar, prever, comprar, invertir, legislar y en definitiva, ejercer el mandato que los ciudadanos les dimos, hagan algo?” y si “¿Tenemos el número necesario de médicos y personal sanitario, camas hospitalarias, UCIs y respiradores?”, por desgracia la realidad nos ha respondido con un NO mayúsculo a ambas preguntas.
Es obsceno esperar sentado sin hacer nada a que llegue una vacuna como si fuera la única posibilidad de parar esta pandemia. Aunque nos acusen de pesados seguimos preguntando: Señora Díaz Ayuso, ¿dónde están los rastreadores?. Aunque nos acusen de pesados, seguimos denunciando que nuestra vida depende de ello y de ellos, y que sin ello y sin ellos, no podremos volver al teatro, al cine, a un concierto, exposición, museo, biblioteca, espectáculo al aire libre, o simplemente a pasear por la calle, ir a la escuela, al trabajo, al metro y al autobús, a casa de nuestros padres, de nuestros amigos, a la playa, al pueblo, como antes lo hacíamos.
Ya no pedimos que se marchen, ese tiempo ha pasado. Ya sólo nos queda echarles.
¡Cuidaos! Tenemos que volver a encontrarnos