
Chamberí | suplemento cultural |
La crisis del antiguo régimen y la instauración de los sistemas liberales produjeron una sustancial transformación en las relaciones de poder y el uso de la censura. Antes que reprimir ideas, el poder tendió a impedir su publicación siempre que consideró que amenazaba la estabilidad de la política y las instituciones.
La función censora fue encomendada preferentemente a los funcionarios del Ministerio de Gracia y Justicia, y ocasionalmente fue competencia del ministerio de la Guerra. El ejército se convirtió en el más importante instrumento de represión con el que contó el poder público. Por ejemplo, en 1917 el catálogo de los temas de los que no se permitían noticia alguna lo encabezaba todo lo que tenía que ver con la vida militar.
Dos años más tarde, en 1919, los conflictos sociales producidos por la carestía de la vida, la llamada huelga de "La Canadiense" (origen de la huelga general en Barcelona), la agitación en el campo andaluz y la guerra con Marruecos, fueron excusa para la suspensión de las garantías constitucionales que se mantuvieron hasta 1922 y la aplicación de una férrea censura.
En publicaciones reconocidas en ese momento como 'La Lucha' que suspendió su edición en Barcelona como protesta y 'El Sol' que amenazó con pasar a la clandestinidad, era normal que en estos y en otros periódicos conservaran el espacio vacío de los artículos censurados a manera de protesta, convirtiéndose en "clamorosos espacios en blanco".
El miércoles 11 de junio de 1919, El Socialista sale a los quioscos con su primera columna en blanco, es el lugar que ocupan habitualmente, en este tiempo, el editorial o los artículos de Pablo Iglesias. De hecho, al pie puede leerse el nombre del fundador de la publicación, con lo que se dió a entender que era el autor del artículo censurado.
Al día siguiente, el jueves 12, en El Socialista se publica un recuadro en la cabecera de la primera página en el que se lee: "No extrañe a nuestros lectores que en las columnas de El Socialista no aparezcan consideraciones críticas sobre la campaña de Marruecos. Estamos en tiempo de censura, y ésta no deja pasar nada que a tal tema se refiera", un aviso a los lectores que entonces encontrarían en la publicación numerosos espacios y recuadros en blanco en todas las páginas.
Para consultar esta y otras ediciones de El Socialista y completar esta información puede acceder a la hemeroteca de la Fundación Pablo Iglesias.